MTV! Comunica que rechazamos abiertamente y enérgicamente la etiqueta de ecofascistas, primero porque rechazamos el fascismo, por ideología totalitaria y autoritaria, donde la comunidad esta por encima del individuo, por que el fascismo hace del estado un todo y por lo tanto el fascismo hace del estado su idolatria, ya lo dijo Mussolini: "TODO PARA EL ESTADO, NADA SIN EL ESTADO" Rechazamos el nazismo, nacional socialismo y neonazismo en tanto que rechazamos el racismo en tendido como el odio o rechazo a otras personas por sexo, raza, o religión) nadies es mas que nadie ni mejor ni peor, todos tenemos la misma dignidad con nuestras diferencias no hacemos de la raza una idolatría.
Rechazamos abiertamente el comunismo e izquierdismo como ideología materialista autoritaria e igualitaria.
Por qué del nombre y la creación de MTV
Por que hasta hoy había un vació en el ámbito animalista las organizaciones animalistas o se escoran hacia la izquierda con lo que lleva eso materialismo, igualitarismo, anti-españolismo etc. o se escoran a la derecha de la derecha el neo-nazismo con lo que lleva eso racismo paganismo etc.
Pero has que surgimos nosotros no había una organización patriota animalista que se mantuviera en la linea y no se escorara a la izquierda o a la derecha.
DEFENSA ANIMAL por que creemos que hay que evitar todo tipo de explotación y maltrato animal empezando desde los mas bajo los animales y llegando a los humanos esto un proceso encadena ascendente.
Ecofascismo
El término ecofascismo es una definición política que asocia
el ecologismo con el fascismo y que es usada en dos modos distintos. Para
referirse a los elementos específicos del ecologismo radical o que están
abiertamente afiliados con el neofascismo, o que comparten similitudes
conceptuales con teorías fascistas. Se utiliza desde fuentes externas, y menos
como etiqueta propia, para referirse a los nacionalistas y los grupos de
tercera posición que incorporan posiciones ambientalistas en su ideología.1
En segundo lugar, el término también se utiliza en debates
políticos desde la derecha política para identificar lo que ellos llaman el
antihumanismo del proyecto político de la ecología profunda, el ecologismo
convencional, y otras posiciones ecológicas de izquierda y de no-izquierda, y
por la izquierda política para descalificar a los movimientos ecologistas que
ven fuera de la izquierda, tales como la mencionada ecología profunda.2 Los
ecologistas aludidos dicen que se trata de un epíteto usado para desacreditarlos.
Ecofascismo: la ecología en el fascismo
Reconocemos que separar la humanidad de la naturaleza, de la
vida toda, conduce a la propia destrucción de la humanidad y la muerte de las
naciones. Sólo a través de una nueva integración de la humanidad en toda la
naturaleza puede nuestro pueblo hacerse más fuerte. Ese es el punto fundamental
de las tareas biológicas de nuestra época. La humanidad sola ya no es el foco
del pensamiento, sino más bien la vida como un todo... Este esfuerzo hacia la
conexión con la totalidad de la vida, con la propia naturaleza, una naturaleza
en la que hemos nacido, este es el significado más profundo y la verdadera
esencia del pensamiento nacional-socialista. - Ernst Lehmann, Biologischer
Wille. Wege und Ziele biologischer Arbeit im neuen Reich, München, 1934
Sobre los puntos de vista nazis y fascistas sobre la
ecología el historiador del fascismo Roger Griffin ha señalado, en un ensayo
sobre la relación entre el fascismo, la religión y la naturaleza que "el
lugar que una relación transformada con la naturaleza ocupa en el proyecto
fascista para la regeneración nacional, así como el papel desempeñado en ella
por los paganos, conceptos o cultos "inmanentistas" de la naturaleza
puede variar enormemente dependiendo de qué especie del género se
considera" (p. 640).1 La admiración de la naturaleza fue un tema fuerte
del Partido Nazi alemán y en el romanticismo alemán wagneriano que le era
anterior, y es también un tema clave para algunos movimientos fascistas
modernos. Los nazis estaban en la vanguardia del conservacionismo, con la
Alemania nazi con algunas de las primeras reservas silvestres protegidas
legalmente, lo mismo su legislación fue la primera en reconocer a la naturaleza
y los animales como sujetos de derecho en vez de objetos[cita requerida].
Durante su ascenso al poder, los nazis fueron apoyados por los ecologistas alemanes
y los conservacionistas, pero las cuestiones ambientales fueron empujadas a un
lado gradualmente en la preparación para la Segunda Guerra Mundial.3
Por el contrario, las formas no-alemanas del fascismo en su
mayoría carecían de cualquier perspectiva ecológica digna de mención.4 Una
excepción fue la Guardia de Hierro de Rumania, organización formada por el
campesinado que vio en el capitalismo, que asociaron con los judíos, un ser
destructivo para el campo rumano y su cultura cristiana ortodoxa. En otras
partes de Europa, las preocupaciones ecológicas se encuentran de forma
individual y no colectiva, por ejemplo, Julius Evola, un escritor italiano y
partidario del régimen fascista de Benito Mussolini, quien escribió libros de
glorificando un estado primitivo de la naturaleza y en denuncia de la
modernidad. Griffin ha afirmado que "el fascismo en repetidas ocasiones
genera imágenes que evocan un parentesco con un engañosa comunión
"panenhenística" (naturalismo espiritualista) con la naturaleza"
(pg.642) como medio de movilizar a los miembros del grupo étnico fascista hacia
la causa del ultra-nacionalismo.1 Como ejemplo pone la glorificación de la vida
silvestre en el arte nazi y el ruralismo en las novelas de los simpatizantes
fascistas Knut Hamsun y Henry Williamson.1 Existe también una tradición
histórica entre el ambientalismo y la extrema derecha en el Reino Unido.
5Ecofascismo: término usado en debates
Las acusaciones de ecofascismo desde la derecha pueden
encontrarse en personajes como Rush Limbaugh y otros comentaristas
conservadores y del movimiento Wise Use, en este último caso, se trata de un
uso hiperbólico del término que se aplica a todos los ambientalistas, incluidos
los grupos principales, como Greenpeace y el Sierra Club.2 La acusación de
ecofascismo puede encontrarse en la izquierda en el ecologista social Murray
Bookchin y otros individuos de la misma tendencia socialista.2
Las acusaciones de ecofascismo no son infrecuentes. Para
algunos, los reclamos de los principales ecologistas pidiendo la regulación de
la reproducción humana y la reducción de la población mundial por medio de
planes de ingeniería social son indicativos de políticas nazis anti-humanistas.
Sin embargo, los defensores de las políticas de control de la población han reaccionado
enérgicamente en contra de estas comparaciones, considerándolos como un mero
intento de calumniar a ciertas secciones del movimiento ambientalista.
En la actualidad entre las personalidades a las que se
identifica con algún tipo de ecofascismo está el ecologista profundo Pentti
Linkola. Pentti Linkola es un ecologista profundo totalitario, y aunque no
habla específicamente de apoyar el fascismo, ha expresado su admiración por el
régimen nacionalsocialista alemán durante su eficiente ascenso al poder y sus
capacidades destructivas, y no por su ideología racista y nacionalista. Él
aboga por una dictadura ecológica fuerte y centralizada, con duras medidas de
control de la población y el castigo brutal de los que él considera son los
abusadores del medio ambiente. Linkola ha atraído una considerable controversia
en su país de origen y fuera de él.
El movimiento europeo Nouvelle Droite, desarrollado por
Alain de Benoist y otros individuos relacionados al instituto tradicionalista
GRECE que une elementos de extrema derecha con la Nueva Izquierda, también ha
atraído acusaciones de ecofascismo dirigidas desde la izquierda, debido a su
combinación de antiglobalización, ambientalismo, y etno-nacionalismo europeo.
Sin embargo, De Benoist rechaza el fascismo y lo cataloga de "jacobinismo
pardo", y condena el prejuicio racial y a los populistas nacionalistas
como Jean-Marie Le Pen.
El término "ecofascista" también ha sido usado por
Mark Potok del Southern Poverty Law Center para describir a James Jay Lee, el
ecoterrorista que tomó varios rehenes en la sede de Discovery Communications el
1 de septiembre de 2010.6 Potok también ve ecofascismo en la idea de ciertos
grupos ecologistas de que la migración es responsable de la degradación
ambiental.
Referencias
↑ Saltar a:
a b c d "Fascism" by Roger Griffin, in Encyclopedia of Religion and
Nature, edited by Bron Taylor. Continuum International Publishing Group,
2008.(pgs 639-644)
↑ Saltar a:
a b c «Green historian to Brandis: my work's been abused», The Sydney Morning
Herald, 13 de noviembre de 2003. Consultado el 9 de octubre de 2010.
Ir a ↑ How
Green Were the Nazis?: Nature, Environment, and Nation in the Third Reich Ohio
University Press, 2005
Ir a ↑
Ecology in the 20th Century: A History, Anna Bramwell, 1989
Ir a ↑
Modern Environmentalism: An Introduction. David Pepper. Routledge, 1996 (pgs.
226-230).
Ir a ↑
Apparent Eco-Terrorist Holding Hostages at TV Building. Mark Potok. SPLC
Véase también[editar]
Ecoterrorismo
Decrecimiento
Vegetarianismo de Adolf Hitler
Bienestar animal en la Alemania nazi
Enlaces externos[editar]
Sin presión: campaña ecologista 10:10, video en YouTube.
Creada por la organización ecologista británica 10:10 Global, esta campaña
sobre el cambio climático fue criticada (y retirada) por ecofascista.
Ruralismo
Ruralismo
·
El estudio, defensa o valoración de lo rural (véase tradicionalismo, costumbrismo, folklorismo...)
Agricultura de guerrilla
Guerrilla gardeners sembrando en Calgary.
La agricultura de guerrilla es una forma de acción directa
no-violenta relacionada con la reforma agraria, la permacultura y el desarrollo
sostenible. Los activistas ocupan una porción de tierra no cultivada o cuyos
cultivos o plantas no les pertenecen, ya que formulan la necesidad de
re-consideración de la forma de tenencia de tierras para reclamar el espacio
utilizado de forma errónea y asignarle un nuevo propósito y utilidad.
Muchos de estos agricultores llevan a cabo su ocupación por
la noche, en relativo secreto para sembrar o cuidar un nuevo jardín o
plantación. Otros trabajan de una forma más abierta, buscando la cooperación de
miembros de la comunidad rural local donde se lleve a cabo. El acto se
convierte así en una forma de activismo proactivo o pro-activismo.
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